–¡Ahora, ahora! –gritó la Reina–. ¡Más rápido, más rápido!
Y fueron tan rápido que al final parecía como si estuviesen deslizándose por los aires, sin apenas tocar el suelo con los pies; hasta que de pronto, cuando Alicia ya creía que no iba a poder más, pararon y se encontró sentada en el suelo, mareada y casi sin poder respirar. La Reina la apoyó contra el tronco de un árbol y le dijo amablemente:
–Ahora puedes descansar un poco.
Alicia miró alrededor suyo con gran sorpresa.–Pero ¿cómo?
¡Si parece que hemos estado bajo este árbol todo el tiempo! ¡Todo está igual que antes!
–¡Pues claro que sí! –convino la Reina–. Y ¿cómo si no?
–Bueno, lo que es en mi país –aclaró Alicia, jadeando aún bastante– cuando se corre tan rápido como lo hemos estado haciendo y durante algún tiempo, se suele llegar a alguna otra parte…
–¡Un país bastante lento! –replicó la Reina–. Lo que es aquí, como ves, hace falta correr todo cuanto una pueda para permanecer en el mismo sitio. Si sequiere llegar a otra parte hay que correr por lo menos dos veces más rápido.
–¡Ahora, ahora! –gritó la Reina–. ¡Más rápido, más rápido!
Y fueron tan rápido que al final parecía como si estuviesen deslizándose por los aires, sin apenas tocar el suelo con los pies; hasta que de pronto, cuando Alicia ya creía que no iba a poder más, pararon y se encontró sentada en el suelo, mareada y casi sin poder respirar. La Reina la apoyó contra el tronco de un árbol y le dijo amablemente:
–Ahora puedes descansar un poco.
Alicia miró alrededor suyo con gran sorpresa.–Pero ¿cómo?
¡Si parece que hemos estado bajo este árbol todo el tiempo! ¡Todo está igual que antes!
–¡Pues claro que sí! –convino la Reina–. Y ¿cómo si no?
–Bueno, lo que es en mi país –aclaró Alicia, jadeando aún bastante– cuando se corre tan rápido como lo hemos estado haciendo y durante algún tiempo, se suele llegar a alguna otra parte…
–¡Un país bastante lento! –replicó la Reina–. Lo que es aquí, como ves, hace falta correr todo cuanto una pueda para permanecer en el mismo sitio. Si sequiere llegar a otra parte hay que correr por lo menos dos veces más rápido.
Un ejemplo muy claro de este principio son las carreras armamentistas que ocurren entre los predadores y sus presas, donde los predadores deben compensar las mejoras defensivas de sus presas, con mejoras ofensivas de su parte. Por ejemplo, la velocidad de los conejos y los zorros (presa y cazador), debe haberse desarrollado en paralelo en ambas especies. De esta forma, el principio indica, básicamente, que los organismos vivos deben seguir evolucionando con cada generación para mantener su posición relativa con otros organismos que los rodean. Corriendo y corriendo para quedarse en el mismo lugar.
Picha, ¡qué profundo te pones a veces!. Buen post, me ha animado bastante. Un abrazo primo
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